Vivimos tiempos difíciles para la moto en muchos sentidos. Según la entienden algunos aun peores.
Sufrimos en silencio y curiosamente de un tiempo a esta parte somos protagonistas sin desearlo de los noticiarios por las malas actuaciones de algunos y el interés en que aumenten los precios de los seguros y los impuestos de circulación por parte de otros (aquí nada se hace por nada).
Curioso no obstante el sesgo de los desinformadores que, como suele suceder, desconocen nuestro colectivo y jamás han conducido un vehículo de las características de los nuestros. ¡Por qué hablan sin saber (válido también para los que legislan mirando al cuello de su camisa)!Por otro lado nuestros gobernantes, cercanos o lejanos, aplican tímidamente medidas paliativas insuficientes en aras de conseguir el “disputado voto del motero” corrigiendo el tema de algunos guardarrailes y delimitando zonas de aparcamiento en algunos rincones privilegiados de las urbes.Seguimos padeciendo los pasos de cebra con pintura deslizante y mortal, amén de mal iluminados,. Las rejillas que encontramos (en Madrid por ejemplo) a lo largo y ancho de las grandes ciudades, algunas incluso a la entrada de túneles y en curva para más INRI. Aceites en la calzada y gasoil de nuestros autobuses que por cierto con sus humos tanto contribuyen al calentamiento global y denotan un pésimo mantenimiento.
Gasolineras en que no se limpia el entorno del surtidor y que obligan efectuar malabarismos para estacionar en moto a repostar.
Peajes con suelo sucio grasiento y hasta con grietas. ¡Menos mal que son gratis! ¿no? Pues da igual. Gratis o no lo importante es la seguridad.
El alcantarillado de los túneles tampoco está mal. Si no pisas una pisas otra pero no te escapas sin pisar.
Esto llevado a los demás órdenes de la vida nos da como resultado que lo más importante en este país es… conseguir la letra del himno nacional.¡País!.
Sufrimos en silencio y curiosamente de un tiempo a esta parte somos protagonistas sin desearlo de los noticiarios por las malas actuaciones de algunos y el interés en que aumenten los precios de los seguros y los impuestos de circulación por parte de otros (aquí nada se hace por nada).
Curioso no obstante el sesgo de los desinformadores que, como suele suceder, desconocen nuestro colectivo y jamás han conducido un vehículo de las características de los nuestros. ¡Por qué hablan sin saber (válido también para los que legislan mirando al cuello de su camisa)!Por otro lado nuestros gobernantes, cercanos o lejanos, aplican tímidamente medidas paliativas insuficientes en aras de conseguir el “disputado voto del motero” corrigiendo el tema de algunos guardarrailes y delimitando zonas de aparcamiento en algunos rincones privilegiados de las urbes.Seguimos padeciendo los pasos de cebra con pintura deslizante y mortal, amén de mal iluminados,. Las rejillas que encontramos (en Madrid por ejemplo) a lo largo y ancho de las grandes ciudades, algunas incluso a la entrada de túneles y en curva para más INRI. Aceites en la calzada y gasoil de nuestros autobuses que por cierto con sus humos tanto contribuyen al calentamiento global y denotan un pésimo mantenimiento.
Gasolineras en que no se limpia el entorno del surtidor y que obligan efectuar malabarismos para estacionar en moto a repostar.
Peajes con suelo sucio grasiento y hasta con grietas. ¡Menos mal que son gratis! ¿no? Pues da igual. Gratis o no lo importante es la seguridad.
El alcantarillado de los túneles tampoco está mal. Si no pisas una pisas otra pero no te escapas sin pisar.
Esto llevado a los demás órdenes de la vida nos da como resultado que lo más importante en este país es… conseguir la letra del himno nacional.¡País!.