-No puedo estar más de acuerdo contigo. Tengo que darte la razón. Es verdad. Lo hemos hablado cien veces y es cierto. El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra una y otra vez. ¡Es que no aprendemos!
-Pero es que resistirse a veces es harto dificil. A ver quien es el majo que se opone ¿o no?.
Qué bien te sienta ese color. Puede que te vistan de otros pero éste, y aquí, con esta luz creo que te favorece sin lugar a dudas.
No esperaba encontrarte. En DF ya es difícil. Algún encuentro casual, escaso y breve muy breve he tenido con alguna. Cierto que tampoco me he prodigado mucho por los alrededores y que cuando lo he hecho, como el día de Tepoztlán y en esta ocasión aquí, me he cruzado contigo. Y es que me traes tantos recuerdos. Todos buenos, no vayas a creer. Y mira que solo con verte ahí, al pié de la calle haces que mi viaje ya lo sienta distinto. Esverdad, no te lo voy a negar, lo dotas de cierta añoranza. Me pregunto por donde habrás llegado. Muero de ganas de haberlo recorrido contigo. Solos los dos no es mal plan. Las costumbres mandan aunque disfrutarte en compañía de otras no estaría mal del todo. Sé que lo llevas bien. Que tanto te va un plan como el otro. Que aunque te encanta ese rodar que nos traemos de días y días al trote o ligeros, andando de aquí para allá. Las autopistas, aunque sean de peaje, aquí son malejas, llenas de iregularidades y badenes pese a que el asfalto parezca mejor. Claro, claro, ya te veo sonreir. Aburridas, tediosas y tantas cosas ¿no?. Puedes con todo, con lo que te echen. Ya lo sé. Olvidas que has rodado a mi lado tantas veces y que te tengo calada?. Sé que me vas a decir que te gustan más las carreteras reviradas sin importar el estado del asfalto. Con poquita gente a poder ser. Libres de animales sueltos también. Menudo susto nos pegamos verdad? ¿Recuerdas el lametazo de aquella vaca en el parabrisas? No podía ser de otra manera. Sitios donde poder corretear a placer, disfrutando el paisaje, los olores y colores. ¡Qué rincones!.
Me he fijado en los alrededores y la verdad, algún caminito, de esos que tanto te gustan, existe por estos lares. Las estrecheces de las callejuelas no se te dan mal. Sí, sí, tu envergadura te condiciona pero… solo un poco. Un poco de gas aquí, controlado combinando con el pié en el pedal y con un poco de maña nada se te resite, no es verdad? Me haces sudar tinta a veces y algún resbalón nos hemos pegado.
Y ahora reposas junto a esta acera. Debes ser paciente. No todo es sentir tu runrun, disfrutar de tu confort. Tu fiabilidad y el inmenso placer de sentirse seguro a tus mandos. Das todo lo que tienes. Equilibrio y buen rodar. Cuando hace falta sacar el genio también sabes hacerlo. Soltarnos el pelo y descargar adrenalina cuando toca. Pero sobre todo llevarme sano y salvo al lugar de destino. Siempre. Y si llevamos pasajero con más razón aún. Y este es el caso seguro. No tengo más que verte. Claro. Te han traido a uno de los mejores destinos de este bonito país. San Miguel Allende. De ambiente bohemio y colorista. Conserva con elegancia su estructura, sus casas y callejas. La arquitectura. Ciudad cargadita de historia y llenita de éstas. De aventuras y travesuras. Luz y color para disfutar en compañía y, si no la llevas, seguro que la encuentras. El adoquinado de sus calles. Sus parques plazas e iglesias. Tdo rezuma quietud pese a lo alborotado de algunas calles. Otros ritmos nada que ver con los de la gran urbe de DF.
Ahí te dejo mientras tus dueños disfrutan sin duda de este pueblo encantador. Aunque a juzgar por la matrícula tendrán más ocasiones de volver que yo.
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