Decía la inolvidable escritora Almudena Grandes, en una entrevista : “… algunos hombres, en su novela Atlas de Geografía Humana, son complementos directos, incluso accesorios, de las mujeres que en ella aparecen como personajes.“
Extrapolándolo al mundo real con un carácter mas general: nos hemos convertido, sin distinción de género u otra cosa, en complementos directos unos de otros o en accesorio complementario fugaz, si bien nos va. Salvo excepciones. Pues dada la búsqueda de la emoción, de la felicidad y satisfacciones inmediatas, caemos en la indiferencia como constante hacia los demás. Ni siquiera nos molestamos en que el tiempo con otros sea de calidad.
Algunos cacharros, como valor refugio, nos ayudan a centrar las emociones y trazar caminos, hacia delante, que regeneren el cosmos necesario para abordar las nuevas etapas que este viaje llamado vida, nos presente.
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